Texto y fotografías: Héctor Montes de Oca
Mucho se ha especulado ya sobre si la fotografía panorámica es un género por sí mismo en vez de una técnica particular. No hay duda que exige especialización por parte del fotógrafo y del equipo utilizado. Son muchas las exigencias pero también muchas las satisfacciones. Déjenme contarles un poco de ambas. Desde mis inicios como fotógrafo siempre me ha interesado plasmar en mi fotografía la perspectiva que tiene mi visión normalmente. Es decir, con 150 grados de amplitud aproximadamente. Llevo más de 10 años perfeccionando mi trabajo y tratando de que mis fotografías se presenten bajo estos criterios de visión.
Recuerdo ahora mi primera cámara panorámica Kontarex, que me daba el equivalente a dos cuadros de 35 mm.; tenía únicamente dos velocidades, 30 y 60 avos de segundo así como sólo dos diafragmas 8 y 16. La única posibilidad de tener más gama de exposición era cambiar el ISO desde 100 hasta 800 para así encontrar la exposición correcta. Me daba buenos resultados pero no dejaba de ser 35 mm y las limitaciones de obturación eran muchas; sin embargo, me enseñó a visualizar y a procesar la imagen apaisajada. Cuando lo he hecho en formato 4 x 5, utilizo un aditamento para lograr el formato apaisajado bloqueando la exposición de parte de la placa o bien uniendo dos negativos. He tenido varias cámaras por el estilo, algunas prototipo, pero debo confesarles que en donde he logrado tener un control de imagen parecido a la perspectiva que normalmente tengo es con la tecnología digital.
Creo que las plataformas digitales permiten desarrollar las perspectivas panorámicas de una manera más accesible hoy día. Ello porque en realidad contamos con el control absoluto de perspectivas, densidades, formas, armonías, luminosidad, etc. asimismo, podemos elegir el tamaño de nuestro archivo y adecuarlo al uso que deseemos. Existen programas como el Photo Stich de Canon o el Photoshop que pretenden pegar automáticamente varias imágenes pero sus resultados son muy pobres y sólo se ven bien cuando se imprimen en tamaño pequeño. Estos programas leen las imágenes y unen ciertos conjuntos de píxeles que interpretan como similares. Todo resulta en que algunas líneas de perspectiva se unen pero no por ello todas las líneas de la imagen se unen y retocar esas líneas para que ajusten es una tarea más bien ardua y fastidiosa. Como bien dicen los magos si se ve el truco, entonces no funciona.
En todos los casos creo que la mejor forma de abordarlo es a partir de la previsualización. Con plataformas analógicas o digitales me parece que la solución viene del mismo lugar. Conceptualizar la imagen antes de hacerla, pensar en su proceso de creación ayuda a resolver problemas antes de enfrentarnos con negativos o archivos expuestos con diferencias sustanciales en cuanto a densidad o perspectiva. Esta lección no es nueva. De hecho proviene del Sistema de Zonas, el cual fue desarrollado a mediados del siglo pasado por Ansel Adams y Fred Archer. La escena a fotografiar se divide en “zonas” dependiendo su intensidad de luz. Los rangos del sistema son 10 zonas que se ubican entre el negro y blanco plenos pasando por una amplia gama de grises. Todo ello sirve para entender el proceso fotográfico a partir de su resultado final en papel. Si lo aplico a lo que quiero de una panorámica, me ayuda a dirigir mejor todo ese proceso. Si tengo $60,000.00 USD disponibles para comprar una cámara panorámica digital Seitz con decenas de megabytes de respaldo, probablemente pueda hacer cosas muy interesantes especialmente después de la formación que me ha dado mi trabajo con negativos grandes.
Ahora bien, aunque la Seitz más que una excelente opción es la opción actual para hacer panorámica digital, en lo que llega a mis manos prefiero desarrollar otras alternativas. Una de ellas es la de procedimientos híbridos con exposiciones analógicas y digitalización de negativos y otra puramente digital con exposiciones fragmentadas a lo largo de toda la escena. Ambas pueden funcionar muy bien si se aplican con el cuidado y criterios adecuados. Por ejemplo, unir dos o tres negativos de placas 4 x 5 es perfectamente viable y si se cuida el escaneo para estar acorde con la calidad que aporta la placa pueden lograrse resultados muy buenos.
Lo mismo sucede con la exposición fragmentada en digital. Si se puede aportar la resolución adecuada la imagen panorámica no tendrá problemas mayores. En estos dos casos, sin embargo, debe cuidarse primordialmente que la densidad de cada una de las partes de la imagen sea igual o muy similar. No olvidemos el viejo principio que es la exposición quien determina las posibilidades de la imagen. La cámara digital debe dispararse en manual por completo, incluso quitar el Ajuste Automático de Blancos, pues podríamos tener sorpresas desagradables en las densidades de las partes de la escena fotografiadas. Ello porque las distintas posiciones del lente con respecto a la fuente de luz puede generar el problema que citaba anteriormente. A partir de ahí, las imágenes pueden ajustarse con relativa facilidad con los controles de perspectiva y algunas herramientas de retoque que ya mencionaré en un artículo posterior.
La fotografía panorámica puede aplicarse no sólo al paisaje, de hecho uno de los usos exquisitos del formato panorámico es en el cuerpo. La distancia a que se trabaja y la pequeña distorsión que maneja la cámara hacen muy aceptable sus resultados. La recientemente fallecida Ruth Bernhard fué una gran maestra de esta técnica. Asimismo, también existen las panorámicas divididas en varias secciones con resultados también muy atractivos. Recuerdo que también las he visto con partes intercaladas como si estuvieran en desorden pero con las líneas del paisaje dando coherencia a la imagen.
En suma, hay varias opciones para hacer fotografía panorámica hoy día y podemos ajustar alguna a nuestras posibilidades. Lo importante es que definamos de entrada lo que nos interesa comunicar. Parafraseando el maestro Doug Plummer, los paisajes son imágenes muy particulares y lo son porque provocan algo dentro de uno que sólo encuentra su solución por medio de la exploración fotográfica. Si la fotografía es el resultado de la conexión entre mi estado interno y la realidad ante mí, la perspectiva panorámica, a pesar de sus exigencias, es un medio privilegiado para expresar todo ello. Durante mi reciente estancia en Estados Unidos, continué trabajando estas perspectivas. Con mi cámara Nikon, con lente de 50 mm, un telefoto corto en términos digitales, expuse manualmente fragmentando la escena. Después uní con el programa de Photoshop CS. Les recalco aquí la importancia de cuidar su exposición haciéndola completamente manual para que la gama tonal sea siempre igual.
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